Entrevista a Cristina Valdés, Familiar de desaparecido.
Abstract
Cristina nació en Bragado. Se mudó a La Plata para estudiar y allí conoció a su esposo “Cocho”, trabajador del Astillero Rio Santiago quién militaba en el Peronismo de Base. Se casaron y tuvieron tres hijos. Ella no militaba activamente “solo le daba una mano a mi marido” Recuerda la década del 70 y describe que era ser militante. Resalta que no estaban en la lucha armada.
Relata que el peligro y el miedo lo empezaron a sentir a partir de 1974 y que, con la llegada del golpe militar en 1976, ese miedo se intensificó. Ella le planteo a su marido irse de la casa donde vivían y él nunca quiso. El desapareció el 10 de septiembre de 1976. Cuenta como fue el secuestro y la situación que vivieron, el interrogatorio y la llegada de la esposa de un compañero de militancia de su esposo después del operativo. Cristina estaba embarazada en ese momento. Recuerda qué hizo cuando desapareció su esposo, a dónde recurrió y las herramientas legales que uso; los contactos a los que recurrió y la falsa información que obtenía. Destaca el apoyo de sus hermanos, amigos y compañeros que la ayudaron en todo momento y recuerda como criar a sus hijos le dio fuerza para seguir adelante frente a esta situación límite. En el año 80 entró a militar a la organización de Familiares que comprendía La Plata, Berisso y Ensenada. Destaca un quiebre a partir de la participación en esta organización en donde ella se sentía comprendida. Cuenta como fueron los primeros acercamientos a la organización y las actividades que llevaban adelante. Familiares trabajó con la CONADEP durante el gobierno de Alfonsín. También participó en Abuela de Plaza de Mayo “colaborando por un objetivo muy concreto”. Nombra a Reina Diez. Rescata como cambiaron sus hijos al entrar a la organización HIJOS. Relata una situación de detención y represión que vivieron sus hijos. Habla del retorno a la democracia; lo que sintió con la sanción de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Habla de la importancia de “trabajar la memoria”. Analiza el olvido y el silencio que el gobierno quiere imponer; cree que la sociedad olvida porque permitió las leyes de impunidad y que recordar es una tarea que tienen que hacer los organismos de Derechos Humanos Dice que no puede recordar a su marido como muerto, que es un desaparecido. Rescata que la mayoría de los desaparecidos de la zona de Berisso eran obreros por ser zona de fábrica y que están empezando a hacer homenajes para que eso se conozca y se difunda. Ella integra la comisión de Recuerdo, Memoria y Compromiso de Berisso. Cuenta que incluyeron a Ensenada porque no hay gente que se haya organizado para hacer cosas por los desaparecidos. Recuerda la presencia de un “colaborador” dentro de la comisión y como enfrentaron esta situación. Habla de cómo van consiguiendo financiamiento y de lo difícil que es esta situación, principalmente para Abuelas de Plaza de Mayo que necesitan hacer los análisis de ADN. Asegura que el financiamiento tiene que ser una tarea y del gobierno. Reflexiona cómo su vida cambio sustancialmente a partir de esta experiencia limite. Recuerda sus momentos de debilidad. Habla de la necesidad de recuperar el cuerpo, en las esperanzas que pone en el Equipo de Antropología Forense. Enuncia la postura de Hebe y de algunas otras madres y discrepa con eso. Dice que la mejor forma de recordar a su marido es a través de las fotos. Recata a página 12 como un medio en donde se puede recordar y critica a los otros medios de comunicación porque no se puede contar con ellos, porque dan poco espacio para hablar de los desaparecidos. Cuenta como es el procedimiento de publicar la foto en el diario y cuáles son los sentidos que ella le da a esa forma de recordar públicamente.