dc.description | En el transcurso de los últimos años, merced a los notorios avances evidenciados por la arqueología de campo, nuestros conocimientos respecto del horizonte Inka en el NO argentino se han acrecentado, tan notoriamente que creemos necesario efectuar una puesta al día de los mismos. A más de medio siglo de la aparición de La ciudad prehistórica de La Paya, de J. B. Ambrosetti (1907), y a casi cuatro decenios de la estupenda contribución de L. Struve (1941) sobre las fortalezas imperiales del NO argentino –trabajos éstos que deben ser considerados como pioneros en su tipo- la región ha continuado siendo una vertiente prolífica en materia de fuentes documentales concernientes a la problemática “Inka”. Las clásicas tamberías o “Tampus”, las fortalezas o “Pukaras”, las obras viales, las explotaciones mineras y los sitios propiciatorios de altura, fruto de la actividad imperial del Tawantinsuyu, han aumentado su frecuencia considerablemente como cabales testimonios de una penetración y estabilidad de arraigo. Esto nos ha permitido dejar de lado alguna viejas hipótesis que pretendía explicar una penetración fugaz, a simple modo de tránsito, en la búsqueda de una ruta más apropiada que, pasado por el NO argentino, uniera al Cusco con la región chilena central. Se dejaba así de lado el desolado paisaje del Norte Grande y desierto de Atacama chileno, minimizándose el verdadero carácter de esta “presencia Inka” en el territorio argentino. | |