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dc.contributor.authorda Silva Catela, Ludmila
dc.date.accessioned2023-05-02T17:23:52Z
dc.date.available2023-05-02T17:23:52Z
dc.date.issued1997-01-02
dc.identifier.urihttps://suquia.ffyh.unc.edu.ar/handle/11086/173291
dc.descriptionEntrevista a Berta, Madre de Plaza de Mayo. La Plata, 9 de enero de 1997, 1 hora y 51 minutos de entrevista oral en el marco de la investigación de Tesis Doictoral "No Habrá Flores en la Tumba del Pasado. La reconstrucción del mundo de los familiares de desaparecidos".es
dc.description.abstractBerta pertenecía a una familia tipo, eran tres hermanas mujeres. Fotógrafa de oficio; trabajó por su cuenta y junto a su padre en el negocio familiar. Se casó con el padre de sus hijos. Ana que nació en 1956 y Sergio. Se separó tempranamente y se fue a vivir a La Palta. Posteriormente se volvió a casar. Antes de la última dictadura militar, vivía con sus hijos en la casa de sus padres. Su familia tenía una historia vinculada a la colectividad Israelita. Participaban en el Centro Literario, biblioteca Max Nordeaux en La Plata. Berta no tenía una participación activa en la comunidad judía. Se define atea. Su familia estaba vinculada a la Federación Comunista, organización con la que rompieron por desacuerdos. Reconstruye la historia de la persecución de su familia en el Nazismo. Ana Patricia Steinberg, su hija que aún permanece desaparecida, estudiaba Educación física y Ciencias de la Educación, estaba en pareja con Luis Vicente Dimattia un estudiante de medicina de San Antonio de Areco. Él era secretario del Centro de Estudiantes de Medicina. Aún permanece desaparecido. “Anita” tenía 21 años al momento de su secuestro, en la madrugada del 15 de junio de 1977. Relata el momento de la detención de su hija, rescatando que fue un procedimiento “formal y tranquilo”. Recuerda que Ana la tranquilizó diciéndole que no le iba a pasar nada y nunca más la vio. Cuenta sobre sus sentimientos y sensaciones frente a este hecho. Describe los lugares que recorrió junto a otra madre, Luisa Zaragoza, para buscar a su hija; con quiénes hablo, a donde acudió. Recuerda cuando empezaron a juntarse con las madres, las vueltas a plaza de mayo y las reuniones que hacían en su negocio para encontrarse y organizarse. Cuenta que también había padres. Describe las formas de convocatorias, las presentaciones de los Habeas Corpus. Las primeras reuniones las hacían en la Liga de los Derechos del Hombre y otra asociación... “el Partido de Los Derechos del Hombre, de los Humanistas”. Rescata los prejuicios que tenía frente a las filiaciones partidarias entre las madres y las de sus hijos e hijas, superándolo a través de la premisa “…ahí ya no entraba ninguna ideología política, somos madres que luchábamos por un mismo ideal, que era la restitución de nuestros hijos”. Berta dice que no tenía miedo. Berta cuenta que nunca fue la misma después de la desaparición de su hija, que aún hoy la espera. Que le dejaba notas por si llegaba y ella no estaba; que las fiestas eran fechas de esperanza para ella. Los datos que había obtenido por una compañera de Ana eran que estaba en la Unidad 9 de La Plata y en Caseros. Recuerda que fueron con sus familiares a buscarla y no obtuvieron ninguna respuesta. Para ella, era el año 78 cuando empezaron a juntarse los familiares. Los miércoles y jueves comenzaron a reunirse y marchar las madres de la Plata. Alquilaron una casa para juntarse y también allí se dictaban cursos y se realizaban charlas de Derechos Humanos. “Pasamos a ser una gran familia” “nos hermanamos en el dolor” Cuenta cómo se organizaban económica y simbólicamente para llevar adelante el reclamo. Reflexiona sobre la división actual que tiene la organización Madres. Advierte que la visita del Papa y de la OEA no tuvieron ninguna repercusión en la búsqueda concreta ya que no lograron nada. Rescata las organizaciones que las apoyaron: Cruz Roja y algunas iglesias católicas realizando misas. A los abogados del Partido comunista que la ayudaron. Recuerda una reunión que tuvo con Balbín. Con la vuelta a la democracia, Berta cuenta que cambió el clima político y social, pero que solo hubo promesas que no se cumplieron durante el gobierno de Alfonsín. Con el Juicio a la Junta “hubiéramos querido juicio y castigo y cárcel común y perpetua”, resalta Berta. Posteriormente para ella, las Leyes de Obediencia debida y Punto final fueron otra decepción total. Reflexiona sobre las declaraciones de Silingo y Vergés y como lo tomó la sociedad. Cuenta como afectó su vida la desaparición de su hija y como construyo sus propias terapias para sobrellevar esta situación.es
dc.language.isoeses
dc.publisherMuseo de Antropología - IDACORes
dc.subjectDesaparecidoses
dc.subjectDerechos Humanoses
dc.subjectTerrorismo de Estadoes
dc.subjectMadres de Plaza de Mayoes
dc.subjectJuicio y Castigoes
dc.subjectPartido Comunistaes
dc.subjectAsociación Israelitaes
dc.subjectLa Plata, capital de Buenos Aireses
dc.subjectDictadura Militares
dc.subjectFederación Comunistaes
dc.subjectLiga de los Derechos del Hombrees
dc.subjectCruz Rojaes
dc.subjectOEA (Organización de Estados Americanos)es
dc.subjectLeyes de Obediencia Debida y Punto Finales
dc.titleEntrevista a Berta, Madre de Plaza de Mayo.es
dc.typeThesises


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  • Entrevistas
    Entrevistas realizadas en la ciudad de La Plata a Abuelas, Madres, Familiares e Hijos de desparaecidos.

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