Los habitantes prehistóricos de Santiago del Estero Los límites de la provincia del Estero encierran zonas de las más diversas condiciones de vida. En la época precolombina estaba ocupada por varios pueblos cuya idiosincrasia y vida se adaptaban bien a esas condiciones. Así podemos distinguir tres zonas principales: Norte, centro y sud, que a su vez tenían algunas subdivisiones. El norte era el dominio de los Tonocotés y que se extendía desde el rio Bermejo en el territorio nacional del Chaco hasta el rio Salado. Sus costumbres son bien conocidas por el relato del P. Barzana quien también escribió una gramática y diccionario de su idioma. Los cronistas mencionan a los Tonocotés como “pueblo muy numeroso”, y uno de ellos dice haber contado más de 60000 almas. Se dedicaban a la agricultura y ganadería cuyos productos completaban con las frutas silvestres, algarroba, chañar, mistol y miel, además de la caza y la pesca. Debido a sus costumbres llevaban una vida sedentaria, a la que respondía la edificación de las viviendas que eran casas solidas con techo de dos aguas. En la margen derecha del rio Salado empieza el país de los Yuríes, una rama de los Diaguitas, pertenecientes al grupo étnico andino. Ellos poblaban la Mesopotamia santiagueña entre los ríos Salado y Dulce, ambas márgenes de este último, y su límite sud siguió una línea hacia el sudeste hasta los colindes con Catamarca. También eran buenos agricultores que algunas veces formaban grandes poblaciones más o menos compactas lo que hacía superar un grado más adelantado de cultura; pero a pesar de esto, ningún cronista habla de la edificación que habían tenido. Es probable que el idioma de los Yuríes haya sido el Kokan cuyo conocimiento por desgracia no ha llegado a nuestros tiempos. Informes de la época dicen que a treinta leguas al sudeste de la actual ciudad de Santiago del Estero empezaba el país de los Sanavirones y en el último rincón, límite con el noreste de Córdoba, entraban los Indamás en lo que es hoy la provincia de Santiago del Estero. Al sud de los Yuríes, Sanavirones e Indamás vivían los comechingones, un pueblo muy importante que ocupaba una buena parte de la provincia de Córdoba. Tanto los Tonocotés como los Yuríes que ya habían evolucionado del salvajismo primitivo, y como pueblos sedentarios agricultores y ganaderos, eran de carácter pacífico, única manera de poder disfrutar de esos adelantos. Sin embargo, y muy especialmente los Yuríes, tenían que defenderse tanto al este como al oeste contra los avances de tribus salvajes y nómades. Así al este estaban los Mataraes, y más allá los Abipones; estos últimos ya pertenecientes al grupo étnico guaraní. Al oeste tuvieron que defenderse contra las invasiones de los Lules, procedentes de la actual provincia de Tucumán, que vivían del pillaje, y de los cuales se asegura que también han sido antropófagos. Los Yuríes tuvieron que retroceder ante estas arremetidas que los diezmaron, y es difícil decir que fin hubieran tenido, si no los hubiera salvado la llegada de los conquistadores españoles. Así se presentaba el aspecto etnográfico en el momento de la conquista, aspecto que podemos llamar histórico por cuanto se basa en la documentación existente en los distintos archivos y en las crónicas de los historiadores de la época. Pero es evidente que antes de los pueblos cuya existencia alcanzaron a conocer los conquistadores españoles, ha habido otros habitantes del suelo santiagueño que conocemos solamente a través de la documentación arqueológica que abunda en toda la provincia. ¿Quiénes han sido? Hasta hoy no se has descorrido el velo, pero sabemos por su maravillosa alfarería que ha sido un pueblo de un gran sentido artístico y de una cultura bastante adelantada. Instituto de Antropología de Córdoba CONICET – UNC “2021 - AÑO DE HOMENAJE AL PREMIO NOBEL DE MEDICINA DR. CÉSAR MILSTEIN” Av. Hipólito Yrigoyen 174 - 5000 Córdoba, Argentina Tel: (+54 351) 5353610- Int: 50058.  (+54 351) 4331058/2105. Int: 106. https://idacor.conicet.gov.ar